Una historia de Horta-Guinardó

El torreón abandonado

La Torre del Moro, una construcción del XVI, se ha convertido en un almacén de chatarra



La Torre del Moro o Mas Enrich, entre las calles de Jerez y Coimbra, un edificio que los vecinos quieren recuperar.

La Torre del Moro o Mas Enrich, entre las calles de Jerez y Coimbra, un edificio que los vecinos quieren recuperar. / LUAY ALBASHA

El parque de las Rieres d'Horta es un amplio espacio verde que se extiende por la avenida del Estatut de Catalunya. Una sucesión de letreros informa al transeúnte de las distintas plantas que alberga este cuidado parque. La buena conservación de ese espacio contrasta con el pésimo estado de la torre situada al lado del parque, entre las calles de Jerez y Coimbra, junto a la plaza de Ciutadella.
El edificio, conocido popularmente como la Torre del Moro, es ahora una suerte de almacén que amontona desde somieres de láminas hasta televisores y microondas, pasando por hierros y colchones. "Está en muy malas condiciones y cualquier día se puede derrumbar", lamenta Laura García, vecina del barrio.
En la desolada entrada de esta antigua fortificación de dos plantas se reúnen un grupo de personas que cortan unos cables y organizan la chatarra que han trasladado hasta allí arriba. "Cogemos la chatarra de la calle y, cuando tenemos mucha cantidad, la vendemos", comenta uno de los hombres allí reunidos, cuya identidad prefiere no revelar. La suciedad y el deterioro absoluto se han adueñado de una torre que aún conserva cierto encanto. "Es una pena, porque, arquitectónicamente, tiene motivos muy bonitos", comenta García.

Cabeza con turbante

Las dos ventanas de estilo gótico de la fachada aún presumen de sus bonitos y ornamentados arcos, un vestigio del que fuera un antiguo torreón del siglo XVI, fabricado con tapia, ladrillo y piedra. En el XVIII, las tropas de soldados solían hacer un alto en el camino allí para que descansaran sus caballos. "Era como una posada donde se podía dar de comer y beber a los caballos", explica Carme Martín, divulgadora histórica.
La ventana del primer piso, más grande que la del segundo, conserva la cabeza de una mujer y la de un hombre con turbante. Este último detalle ha servido para bautizarla como Torre del Moro. Muchos la conocen también como Mas Enrich, ya que estaba ubicada en una finca llamada así.

Revistas clandestinas

En los años 60 y 70 del siglo XX, la planta baja de la torre se convirtió en un taller de revistas clandestinas y, años después, en una casa okupada. Un símbolo anarquista en el arco de la entrada recuerda esa etapa.
A pesar de estar catalogada como bien cultural de interés local, la maltrecha torre se halla en un estado deplorable que nada tiene que ver con el aire señorial que rezumaba antaño. Varias asociaciones de vecinos del barrio han pedido al ayuntamiento que la restaure para darle un uso público.
Desde El Pou Grup d'Estudis de la Vall d'Horta i la Muntanya Pelada (Salvador Riera, 2), al que pertenece Martín, llevan años proponiendo al consistorio que reconvierta la torre en un centro de información sobre el agua, un elemento emblemático del distrito. "Podrían hacerse rutas guiadas por los torrentes y ramblas de Horta", plantea la divulgadora. De momento, el torreón sigue resistiendo con poca esperanza.